Declaración del Lehendakari en el Día de Europa 2024

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Hoy conmemoramos los 74 años de la firma de la Declaración Schuman.

Esta Declaración está considerada como la partida de nacimiento de la Unión Europea.

Hoy en día sus principios cobran más vigencia que nunca y reivindicamos los valores que la inspiraron como base para el progreso y la convivencia entre los pueblos de Europa. También como base para la colaboración y la concordia en un mundo global.

Nos hallamos a las puertas de unas nuevas Elecciones al Parlamento Europeo que tendrán lugar entre los días 6 y 9 de junio.

Europa, nuevamente, se encuentra en una encrucijada.

El mundo regido por el orden internacional establecido tras 1945 se ve amenazado por tendencias preocupantes que tiene consecuencias en el multilateralismo, el libre comercio o el ámbito de cooperación internacional.

Desde la invasión unilateral de Ucrania por parte de Rusia en 2022 la estabilidad lograda tras la Guerra Mundial se ha visto amenazada en Europa.

Hoy, es de aplicación una de las ideas de Schuman cuando afirmaba que “la paz mundial no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los peligros que la amenazan”.

Es evidente que la configuración de los nuevos equilibrios geopolíticos amenaza la paz y garantizarla se convierte en una prioridad que requiere de ese “esfuerzo creador” compartido en el seno de la Unión Europea.

En 2024 las tensiones lejos de rebajarse se han incrementado. Oriente Próximo y Oriente Medio se desangran con una grave afección a la población civil indefensa.

El aumento de los conflictos armados es una realidad tangible y, sin embargo, no lo es aún una Política común de defensa en Europa.

Cuando se cumplen veinte años de la última gran ampliación de la Unión, una nueva llama a la puerta. Hoy, la globalización se entiende de manera distinta a como se entendía hace 20 o 30 años, y Europa está llamada a desarrollar su propia autonomía estratégica.

Europa y el mundo afrontan la triple transición energética, digital y social.

Para responder a este reto Europa debe profundizar en el Mercado Único, y urge la implantación de un mercado europeo de las finanzas, de las comunicaciones y de la energía.

En este Día de Europa reclamo una Política de cohesión justa, como elemento estructural del Mercado Único, y como medio para alcanzar una Unión europea más cercana, eficiente y cohesionada en beneficio de todas y todos los ciudadanos.

En realidad, la crisis es una oportunidad y, tal como afirmaba Monnet, “los hombres solo aceptan el cambio resignados por la necesidad y solo ven la necesidad durante las crisis”.

Necesitamos además una Política industrial común, y la configuración de una quinta libertad europea, adicional a las existentes, que refuerce la investigación, la innovación y la educación, en la línea propuesta por Enrico Letta en su Informe “Mucho más que un mercado”.

Necesitamos también una Europa comprometida con el multilateralismo, el diálogo y la cooperación.

Las consecutivas crisis financiera, del Brexit, de la pandemia y la guerra en Ucrania han hecho que Europa saliera reforzada y avanzara en la integración.

El proceso de integración europeo requiere visión, audacia y voluntad política.

Avanzar en este proceso requiere la suma de todas las voluntades, de los Estados y también de las diferentes regiones y naciones que deben realizar su aportación en la arquitectura constitucional que la nueva Europa reclama.

En esta línea va siendo hora ya de estructurar una gobernanza multinivel efectiva basada en el principio de subsidiariedad, para que las regiones y nacionalidades que contamos con competencias legislativas podamos desarrollar plenamente los propios poderes constitucionales en el ámbito de la Unión, enriqueciendo sus debates, fortaleciendo su legitimidad, aumentando la participación y el control democráticos, y contribuyendo al proceso de construcción e integración europea.

Reitero nuestro compromiso europeísta, reivindicando al mismo tiempo la necesidad de reforzar el Arco Atlántico como medio para avanzar en los retos y proyectos compartidos: una economía atlántica innovadora y sostenible; un Espacio Atlántico interconectado en transporte, digitalización y energía; un Espacio resiliente al cambio climático; un Espacio Atlántico unido en términos sociales y culturales para garantizar el atractivo de los territorios y mejorar las competencias en los principales sectores de especialización inteligente.

Reafirmo la apuesta de Euskadi por una Unión Europea que promueva la diversidad cultural y la inclusión, la calidad de vida y el bienestar. Una Europa que defienda la dignidad de la persona, la cohesión social, los derechos humanos y la convivencia pacífica de todos los Pueblos que la integran.

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